Desde 2016, el Parlamento de Indonesia aprobó la castración química como sanción paralela a la cárcel para personas que cometen abusos sexuales y violaciones contra niños. El pasado miércoles 6 de enero de 2021 se conoció que el presidente de este país del Sudeste Asiático, Joko Widodo, firmó el pasado diciembre de 2020 el documento que regula esta práctica, según informa el Jakarta Globe.
La regulación, que fue firmada por el presidente el pasado 7 de diciembre, se aplica para personas que hayan cometido delitos sexuales contra niños, en los casos en los que haya dos o más víctimas. También se aplicará en los casos que terminen con heridas severas, desórdenes mentales, enfermedades infecciosas, pérdida de funciones reproductivas o la muerte de la víctima.
La castración química se aplicará mediante inyección e interrumpe el líbido (deseo sexual) del acusado durante un periodo de dos años. El Código Penal indonesio establece una pena que conlleva un máximo de nueve años en prisión por delitos sexuales contra menores. La castración química se aplicará cuando el sentenciado cumpla su tiempo en prisión.Aunque esta práctica fue legalizada en 2016, hasta ahora las autoridades no habían logrado implementarla, explica Vice. Hasta el año pasado, no existía ningún hospital que estuviera equipado para el procedimiento.
Por otro lado, muchos médicos se negaron a aplicarlo en sus trabajos, aduciendo razones éticas de la medicina. Por otro lado, la nueva regulación no pasó desapercibida por grupos de defensa de los derechos humanos. «La violencia sexual contra niños es un crimen terrible. Pero castigar a estos delincuentes con castración química es simplemente añadir una crueldad más. Dos errores no hacen un acierto», aseguró Usman Hamid, director ejecutivo de Amnistía Internacional en Indonesia, mediante un pronunciamiento.